Entender el porqué de una infidelidad forma parte del proceso de recuperación (de integración de lo sucedido, que no necesariamente de reanudar la relación) para ambas partes: ayuda a ver la situación con perspectiva, a poder evitar que se repita en el futuro por parte «del infiel» (si así lo desea) y a restar intensidad a la culpa que puede acabar sintiendo la «parte engañada»; una culpa basada en creencias socialmente muy establecidas que buscan los motivos de la infidelidad en el nivel de satisfacción de la pareja (mensajes del tipo «se busca fuera de la pareja lo que no se encuentra dentro»).
Algunos de los motivos más comunes son los siguientes:
1️⃣ Huir de la rutina con una aventura: de todos/as es sabido que la rutina es la enemiga de la pasión, de la chispa, en las relaciones. PERO una infidelidad no es la solución; la pasión puede recuperarse, con atención y energía de ambas partes. Y, si la aventura es importante para nosotros/as y con nuestra pareja no conseguimos reavivar la chispa, actuar de forma responsable podría significar poner fin a la relación o bien valorar la posibilidad de abrirla.
2️⃣ Llenar el sentimiento de vacío con una aventura; un sentimiento de vacío que puede NO tener NADA que ver con la relación de pareja, en absoluto; sino con un sentimiento de malestar emocional a título personal.
Es decir, si eres la parte «engañada», deja de culparte o de buscar qué hiciste mal. Posiblemente no encuentres la respuesta en TUS acciones, porque la infidelidad no sea consecuencia de las mismas.
3️⃣ Buscar un chute de autoestima a través de la atención de «alguien nuevo». Después de cierto tiempo, es posible que nuestra pareja deje de proporcionarnos ese chute de autoestima que nos ofrecía al inicio de la relación, con palabras bonitas y atención aduladora. Y, por qué mentir, a todos/as nos gusta sentirnos especiales, deseados/as e importantes para alguien.
Sin embargo, una relación de pareja que se encuentra en una etapa de madurez puede proporcionarnos bienestar de formas distintas al chute emocional que trae consigo la etapa de enamoramiento.
Además, no olvidemos que buscar nuestra autoestima fuera puede resultar peligroso incluso (auto)destructivo, porque si nuestra autoestima depende del mismo, nos quedaremos enganchados en un bucle que se repetirá continuamente.
4️⃣ Sentirse «atrapado/a» en una relación que no es satisfactoria pero de la que no se quiere (o se cree que no se puede) salir. Niños, hipoteca, una relación tóxica, no querer hacer daño a la otra persona... son razones lícitas pero ¿sanas? que nos llevan a quedarnos; cualquier razón que alimente una narrativa que nos lleve a quedarnos donde no queremos estar, nos parece válida para vivir fuera de la pareja lo que necesitamos experimentar en lo emocional/sexual.
Yo propongo que apuestes por la autenticidad, tomes decisiones de forma consciente y veles por el bienestar de todas las personas implicadas yendo a la raíz de la situación y tomando acciones conscientes.
5️⃣ Transitar de una relación a otra, sin periodos de soledad: sentirnos solos/as nos aterra; pero no podemos permitirnos el lujo de estar engañando a alguien durante X tiempo solamente para evitar experimentar malestar.
Si queremos poner fin a una relación y actuar de forma responsable en lo afectivo, debemos aceptarlo, actuar en consecuencia y asumir las consecuencias de nuestras decisiones.
6️⃣ Tantear el terreno: es posible que nuestra relación actual no nos aporte lo que necesitamos, pero nos aterra tanto la posibilidad de sentirnos solos/as, o de no encontrar a nadie que encaje mejor, o de que la otra persona candidata no nos llene como lo hace nuestra actual pareja... que nos parece una buena opción tantear el terreno a ver cómo nos va con otra persona antes de tomar una decisión.
7️⃣ Sentir el «subidón» de llevar una doble vida: correr el riesgo, sentir que se tiene el control a través de mentiras...
8️⃣ Obtener satisfacción sexual: puede que no tengamos las mismas ganas de tener sexo que nuestra pareja; sin embargo, la opción más respetuosa y saludable pasa por la comunicación y por llegar a un punto intermedio con el que ambas partes se sientan satisfechas.
9️⃣ Tener una historia de sufrimiento como abuso físico, maltrato emocional o sexual, parece que nos predispone a ser infieles. Resumiéndolo muy mucho: la forma en que hemos aprendido a vincularnos se ha visto alterada en etapas cruciales, afectando cómo establecemos conexión con otras personas; y esta conexión puede ser a través del cuerpo y del sexo.
🔟 Haber aprendido que la infidelidad es algo aceptable. Puede que os suene raro, pero mirémoslo así: si nuestros padres u otras personas allegadas han sido infieles, y hemos sido testigo de ello, es más fácil que podamos llegar a aceptarlo como una conducta «válida», de la misma forma que aprendemos que gritar es un recurso al que se puede recurrir para que te escuchen, o bien como quien aprende que beber es una estrategia de gestión emocional como cualquier otra.
Entender los motivos que hay detrás de una infidelidad puede resultar interesante. Ahora bien, hay un trabajo detrás de la conducta infiel y de la persona que sufre las consecuencias de la misma. Sin duda un tema mucho más complejo de lo que parece, especialmente a nivel emocional.
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