La hipocondría es un trastorno de ansiedad. Se basa en una preocupación constante por la salud propia que nos lleva a observar e interpretar cualquier señal o cambio de su cuerpo como signo confirmatorio de que nos ocurre algo (más o menos) grave. En poco tiempo acabamos estando constantemente alerta y controlamos minuciosamente nuestro cuerpo, incluso nos hacemos pruebas médicas con el objetivo de que se nos encuentre la enfermedad que creemos tener.
Ir al médico y que éste descarte cualquier tipo de enfermedad puede tranquilizarnos, pero solamente por un tiempo limitado; en seguida vuelven las preocupaciones. De hecho, el efecto tranquilizador, aunque breve, tiene un fuerte poder sobre nosotros volviéndonos adictos al mismo en poco tiempo.
Debido a que estamos convencidos casi al 100% de que sufrimos una enfermedad, incluso es posible que necesitemos buscar la opinión de un segundo profesional, para “quedarnos tranquilos”.
¿Cómo podemos saber si sufrimos hipocondría?
En caso afirmativo, probablemente:
· Vives constantemente preocupado por el miedo a sufrir y pasarlo mal por culpa de una enfermedad.
· Observas y examinas tu cuerpo a menudo para confirmar que no ha habido ninguna variación que pudiera indicar la presencia de una enfermedad.
· En caso de encontrar una variación en tu cuerpo, la ansiedad vuelve con la duda de padecer una enfermedad.
· Buscas información sobre los síntomas de la enfermedad que crees poder sufrir, y lees constantemente acerca de temas de salud.
· Necesitas hacer consultas constantes a los médicos para verificar que no tienes ninguna enfermedad.
Una enfermedad imaginaria es mucho peor que una real. Los trastornos de ansiedad suelen ir reduciendo nuestra vida, dado que todo, poco a poco, acaba girando alrededor de la ansiedad. Por eso, cuanto antes busques ayuda profesional y pongas fin a este círculo vicioso de angustia, mejor.
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