Ojeando Instagram dí por casualidad con una reflexión que decía algo así como "Cuando alguien te quiere, no tiene dudas". Me hizo pensar.
Si algo está claro, esta frase rebosa romanticismo; el mismo que vemos en las novelas románticas. Pero me gusta ir más allá y ser crítica con los mensajes que recibimos. Así que me "mojo" y comparto mi opinión a continuación:
Pensar que si alguien te quiere no tendrá dudas, para mí, es una aproximación muy reduccionista. Éste sería el titular.
Lo argumento:
En una versión romántica de las relaciones solamente hay lugar para el amor y los sentimientos. Pero considero que nuestra realidad es mucho más compleja que eso: no solamente están los sentimientos, sino el tipo de relación que nos pueda ofrecer esa persona, el momento en que nos encontramos, nuestras aspiraciones y deseos de futuro, nuestros valores...
Os voy a poner algunos ejemplos: imaginaos el caso de dos personas que no comparten la misma idea de futuro; p.e. uno/a quiere ampliar la familia y el otro no; o simplemente uno/a apuesta por una vida de estilo nómada, mientras que el otro miembro de la pareja prefiere echar raíces. O bien, uno de los miembros no está preparado para comprometerse y solamente puede ofrecer una relación sin ataduras; mientras que el otro miembro prefiere una relación exclusiva.
Volvamos al mensaje inicial: "cuando alguien te quiere, no duda". Si apostamos por él, damos por sentado que el amor lo puede todo. ¿El resultado? Que tengamos una relación "de película"... O bien que estemos dejando de lado nuestros propios valores y aspiraciones. En otras palabras, que perdamos autenticidad por el camino.
Por supuesto, es posible que apostemos por la relación, dejando de lado algunas ideas, valores y aspiraciones, y que nos sintamos bien por ello. Incluso que con el tiempo, y viéndolo con retrospectiva, consideremos que tomamos una buena decisión. Por supuesto, es posible.
Pero, si algo me resulta evidente es que, en estos casos, cuando la disparidad de valores y aspiraciones nos ponen en la tesitura de tener que elegir, es esperable y legítimo que nos surjan dudas. Y creo que - ahora que nos hemos tomado unos minutos para poner la frase en contexto -, estaréis de acuerdo conmigo al decir que tener dudas no significa que no queramos a la otra persona.
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