Las relaciones de pareja evolucionan; desde los primeros estadios llenos de romanticismo y pasión, a otros menos intensos que se dan a medida que va pasando el tiempo y se viven situaciones cotidianas juntos. De hecho, forma parte del discurrir normal de las relaciones de pareja que se atraviese por diferentes ciclos de enamoramiento-desenamoramiento.
Sin embargo, la rutina puede convertirse en un enemigo de la pareja si se prolonga en el tiempo; ya que se acompaña de sensaciones de aburrimiento y distanciamiento emocional.
Algunos de los síntomas más comunes de la rutina en la relación de pareja son:
- Falta de comunicación: ésta se vuelve escasa, ya que pensamos que a la otra persona no le interesa lo que nos sucede en el día a día.
- Damos por hecho: pasamos por alto ciertos aspectos (como decir "te quiero"), porque damos por hecho que la otra persona ya lo sabe.
- Falta de espacio para cada uno: se comparte "demasiado" (amigos, aficiones, espacios...).
- Distanciamiento: los acercamientos físicos no apetecen; tampoco los emocionales (compartir cómo nos sentimos).
- Interacciones son negativas: las críticas y los reproches están a la orden del día. Consideramos que el otro está "a la defensiva" y nos peleamos por "tonterías".
- Falta de planes extraordinarios, fuera de lo que hacemos habitualmente.
- No compartimos un proyecto común.
- Comodidad: al principio de la relación seguramente teníamos más en cuenta aspectos como el aspecto físico para causar buena impresión al otro. Ahora, con la seguridad de una relación estable, es posible que los hayamos descuidado.
- Falta de pasión: las rutinas sexuales y la monotonía llevan a la pérdida de interés.
Si crees que es tu caso y el de tu pareja, intentad revertir el proceso de "rutina". Si lleváis un tiempo en esta situación y no habéis podido gestionarlo solos, valorad la opción de consultarlo con un profesional. En caso de duda, podéis escribirme a montsecazcarra@gmail.com.
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